Unos gorros para el sol (woooo , como ellas dicen) se convirtieron en un objeto de culto durante el verano tras la mudanza. Llegó un punto en que estábamos a 40 grados y ellas con el gorro calzado hasta las orejas, hasta que decidimos quitárselo por su propio bien. El sábado, se nos ocurrió hacerles un woooo casero tipo albañil y así de contentas estaban.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
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